domingo, 5 de enero de 2020
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Crezcan siempre en el espíritu de obediencia, de suerte que, con el mismo fervor con el que cumplieron sus primeros actos de obediencia, con esas mismas disposiciones y aún más cumplidas, obedezcan por el resto de su vida.
Procuren disimular las faltas contra ustedes cometidas y abstenerse mucho de guardar rencor o mala voluntad por las ofensas recibidas.
Debemos practicar la humildad, siendo sumisas a nuestras superioras, amables con nuestras inferiores, caritativas con nuestras compañeras, todas disimular los defectos de las otras, sin exigir que se disimulen los nuestros, sino hacer por evitar lo que podamos y aquello que moleste a las demás.
Procuren atesorar la preciosa virtud de la humildad, la cual es la base y fundamento de todas las virtudes, ella nos levanta hasta Dios y nos hace fácil todas las contrariedades de la vida.
Oremos con diligencia, constancia, humildad y confianza. Siempre que encontremos desfalcos y disgustos en nuestra vida espiritual estemos seguras que hemos descuidado la oración.
El desaliento es hijo de la soberbia y cuando nos desalentamos Dios se siente herido porque es como hacer menos su poder y sus divinos atributos.
Con el conocimiento de nosotras mismas llegaremos a ser respetuosas, humildes, pacientes, agradecidas a los beneficios de Dios y en todo y por todo miraremos la mano de Dios
Procuren no manifestar tristeza. Que siempre estén contentas en su ánimo. La tristeza es causa de muchos trastornos morales, espirituales, personales y comunitarios. .
Procuren no manifestar tristeza. Que siempre estén contentas en su ánimo. La tristeza es causa de muchos trastornos morales, espirituales, personales y comunitarios. .